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11/6/12

Chiste: Salmo 129

Un cura está conduciendo hacia su parroquia, cuando ve en la carretera una monja conocida suya.

Para y le dice: - Hermana, suba que la llevo al convento.

La monja sube, se acomoda en el asiento del pasajero, cruza las piernas y el hábito se abre, dejando a la vista un par de muslos esculturales.

El cura casi no se contiene pero continua conduciendo.

Sin querer (?) en un cambio de marcha se le desliza la mano sobre la pierna de la monja, que le dice:


- Padre, acuérdese del salmo 129.

El cura pide disculpas y continúa conduciendo.

Pero aquella piernaza allí, al lado, volviéndolo loco.

Mas adelante, en otro cambio de marcha, la mano vuelve inconsciente a colocarse nuevamente sobre la pierna de la monja, que repite:

- Padre, acuérdese del salmo 129.

El cura se disculpa, diciendo:

- Perdóneme hermana, usted sabe que la carne es débil.

Llegando al convento, la monja se baja.

El cura pronto llega a su iglesia y corre hasta la Bíblia para leer el dichoso salmo 129.
Y . . . lee :

“SIGUE BUSCANDO, MÁS ARRIBA ENCONTRARÁS LA GLORIA”.

MORALEJA DE LA HISTORIA:
O sabes todo sobre tu profesión, o puedes perderte las mejores ocasiones.

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